Si infravaloramos los mil caminos de una sola vida
jamás andará ninguno,
si deseducamos las mentes con ruido
no quedará sitio para pensar.
Y hay que pensar; aún más, hay que sentir.
Nos tiran sal en los ojos para que no resbalen,
Para que tengan miedo a nevar.
Pero ¡es tan bonito ver al mundo caminando!
Caminando con la certeza de que ahora mismo, en alguna parte,
está naciendo el sol...