Estoy orgullosa de mi corazón.
De su pasión por el hogar y
De su vocación de golondrina.

Dichosa, por quien quiero ser y soy.
Por mis entrañas maltratadas,
Por mis mariposas en la barriga.

Vivo en una ciudad sin ley.
Aquí te basta con respetar
Que entrando al metro,
Por el lado derecho si no caminas;
Para dejar caminar.

No hay guías para Madrid,
Para la chica que hoy conocí
Que visitó Tayikistan.

No hay monumentos para ti,
A quien aun no he encontrado
Pese a saber que esperarás.

¡Cuántas almas para abrazar,
Cuantos principios volando!
¡Cuántas sonrisas que enamorar!
Dime, ¡cuántos!

Por escucharte hablar de amor
Es que te admiro,
Por imaginarte recitándome el destino.

Qué culpa tú tienes de tener un corazón sencillo.
Qué culpa yo de querer buscar tu ombligo
Para coronarlo universo.
Qué culpa tú de ignorar mi idilio.

Qué culpa yo de dedicarte un verso.


Etapa.
Eso es todo,
todo va por eso.

Es una etapa sólo
hasta que haces tuyo el ritmo incesante de la ciudad.
Sólo unos días
hasta que aprendes lentamente
a llegar puntual.

Es sólo tiempo,
Que pasa como una racha de viento,
atrevida, levantando mi falda.
Es sólo eso,
Un café intenso
En una taza de indiferencia helada.

Ya alguien aprenderá a descifrar
tu mirada codificada,
Como cuando miras al horizonte
Y me dices que no pasa nada.

Pero lo sabes. Sí, sí pasa.

Pasa, de nuevo, el tiempo.
Pasa, otra vez, la distancia.

Quién me diría que mientras más cerca estás
más lejos te tengo
más lejos te busco
más lejos te encuentro
más lejos te quiero
más lejos lo siento.

Quién,
de los que nos vio pasear en enero.

Una soledad compartida,
Una debilidad de pura roca.
Un paseo por el desfiladero
Del filo de cuchillos de tu boca.

Una ventana verde de lágrimas,
El abandono más cruel.
Una noche de poesía eterna
que no me sabe querer.

Cien mil caminos de huida
Para una nueva realidad,
Para mi alma furtiva.

Más puertas cerradas que abiertas.
Sigo asfixiándome buscando el aire;
Sigo teniendo en los pies cometas.

Cada vez menos rimas
Cada vez más frías.

Cada vez menos futuros,
Cada vez más oscuros.

Cada vez menos tiempo,
Cada vez más sintiendo

Que no sé qué estoy haciendo.

Hacer maletas me supone cada vez una mayor dificultad.

Quisiera llevarme conmigo la sensación de hogar
que me llena cuando mi madre me abraza,
Quisiera tomar cada uno de los árboles y flores
Y plantar en Madrid mi ventana.

Quisiera guardar en un baúl los besos sinceros
De todos los corazones puros y plenos,
Esos que tengo suerte de compartir conmigo.
Todas las sonrisas, los recuerdos y momentos.

Ya lo sabia que se me escaparía el reloj.
Que la intensidad pasa factura 
cuando no la ves subirse a la línea de metro,
Que la ausencia de confianzas es oscura.

Pero sé que no hay mariposa que naciera sin ser oruga,
Que las flores del loto crecen del barro.
Que el amarro con que me aferro a las raíces
de la vida es parte del camino, y hay que andarlo.

(Porque se hace camino al andar).


Alexia Gómez. Con la tecnología de Blogger.
 
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