(No sé si soy un libro leído a mitad, o es que aún me falto por escribir. Ni siquiera tengo muy claro el autor).

Y tengo, latiendo moribundas, cada palabra de amor; y tatuados en el lacrimal, cada rechazo. Tengo unos pies muy fríos y a nadie que me deje zapatillas para salir al balcón. Tengo un paquete de tabaco a medio terminar pero no a alguien que se ría de mí al verme fumar, una canción que no me atrevo a oír y un documental pendiente. Tengo poemas que hablan de tí escritos por gente que no te conoció, y tengo poemas que hablan de ti.
Tengo las mismas cervezas que aún me saben a ausencia, pero no a esa ausencia. 

¿Y el amor?
Dormido. Ninguno, en el pecho, huyendo.

(No, no. El autor soy yo)





Su herida golpead de vez en cuando,
no dejadla jamás que cicatrice. 
Que arroje sangre fresca a su dolor
y eterno viva en su raíz el llanto.

Y si se arranca a volar, gritadle a voces
su culpa: ¡que recuerde!

Si en su palabra crecen flores nuevamente,
arrojad pellas de barro oscuro al rostro,
pisad su savia roja.

Talad, talad, que no descuelle el corazón
de música oprimida.

[...]

Tú, arranca;
yo oigo gritar a las flores.
Allá tú con tu conciencia, 
yo soy cada día más malo,
estoy perdiendo la paciencia...

-Fragmento de Te juzgarán sólo por tus errores (yo no), por Extremoduro.


Esto no es literatura
pero
me apetecía decir
que: 

Hoy, envidio a los locos. Ojalá poder disfrutar yo también de ver a través de sus ojos. Qué bonito inventar flores donde no las hay, asustarse de monstruos que no existen, y poder gritarle  ¡HIJO DE PUTA! al un desconocido por la calle San Francisco sin tener absolutamente ningún motivo; y que no se ofenda porque, pobrecito, está enfermo, no sabe lo que dice.

¡Quién dijo que la cordura fuese sana!

No, la cordura se aprende, la cordura es la asesina de una infancia que ostenta un dibujo orgullosa y le contestan que,
que no, no puedes pintar los caballos azules 
porque no hay caballos azules 
porque los caballos no pueden ser azules
porque nadie pinta los caballos azules
y tú no vas a pintar caballos azules.


Dejemos de matar a los locos. Presumís de ser el planeta en el que nació Kandisnky, Basquiat o Miró y enseñáis sus cuadros en vuestros museos mientras en una casa hay un niño que muere porque le han dicho una y otra y otra vez que 
NO SE PINTA EN LAS PAREDES NO SE PINTA POR FUERA DE LAS LÍNEAS NO SE PINTAN FLORES CON BRAZOS NI PERROS CON DOS CABEZAS NI MANZANAS VOLADORAS PORQUE NO NO NO NO NO NO. 

Quién cojones eres tú para creerte que tu verdad de caballos marrones es mejor. La tolerancia y el respeto no valen nada cuando somos incapaces de aceptar que la realidad de cada individuo y su concepción de ella es inalterable, o al menos debería serlo.

Esto es un manifiesto.




Alexia Gómez. Con la tecnología de Blogger.
 
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