Ojalá ser menos yo.
Menos sensible, más coherente,
menos volátil, más fuerte.
Menos corazón, más mente,
menos de todos y más mía...
Ojalá no tener miedo
de que se apague el fuego.

Pero quizá hoy te admiro un poco menos.

Ojalá no sentir como una amenaza así
tu vuelo.
Ojalá, la facilidad de volverme cuerpo,
entregarme y abandonarme al riesgo.

Por primera vez en mi alma
corre la vanidad de su pasado y mi celo.
María, virgen, cae muerta;
despierta el infierno.

Ojalá hallar en mí una fortaleza,
creer en un amor que no me tengo.
Avanzar un poquito más rápido
y retroceder un poquito más lento.

Ojalá, ojalá, que no me paralizara así el miedo.
Ojalá, ojalá, no me asustará tanto el suelo.
Pero me cuesta levantarme,
me cuesta más que al resto...
Y me cuesta quererme,
me cuesta tanto que no puedo.


Alexia Gómez. Con la tecnología de Blogger.
 
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