(Me ahogan tanto los vasos de decisiones que trago
que en la autopsia casi casi lo declaran suicidio.
Pero señor, ¡fue asesinato!)

La convicción siempre dividida entre esperanza e indivisa.
La conciencia siempre a disgusto por aviso de embargo.
Con la inocencia de quién cree en moralejas de antes de dormir,
juego conmigo a alumbrar un camino de engaños dorados.
Equilibrios por el bordillo de la calzada de mi vida,
Equilibrios en mi autoestima entre el orgullo y lo amargo.

Y sin embargo, río a dientes, mientras huyo de mi sombra
Por la irónica ignorancia de olvidar dónde he sangrado.
Sólo yo, destino, lumbre; yo, mi infierno y mi legado.




En noches como esta la luna no brilla una mierda aunque esté llena,
Qué pena, sé que te tengo secuestrado del mundo.
Yo siempre me confundo, me hundo, y tú,
Sonríes ciego sin saber cómo es mi core de profundo.
Te damos el doble de la diferencia si encuentras una sonrisa más sincera.
No conoces la luz si no lo has visto de frente.
Pero él si suelta mi mano, tropiezo y de repente,
Comprendo que es demasiado feliz para entenderme.

En noches como esta olvido al resto de universos,
Inmerso, gemidos que intercalan, calan besos.
Yo entonces cierro los ojos, los tuyos bien abiertos,
Yo todo pecados, tú vacío de aciertos.
Te damos el triple de la diferencia si encuentras unos dedos más exactos.
Pero si tengo cita con Neruda, es otra duda; de momento,
Me quedo contigo sembrando flores en el asfalto.

En noches como esta mis sueños son a corto plazo,
Y me asaltan futuros en los que no veo tus labios...





Alexia Gómez. Con la tecnología de Blogger.
 
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