Si quiero, pinto caballos azules

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Esto no es literatura
pero
me apetecía decir
que: 

Hoy, envidio a los locos. Ojalá poder disfrutar yo también de ver a través de sus ojos. Qué bonito inventar flores donde no las hay, asustarse de monstruos que no existen, y poder gritarle  ¡HIJO DE PUTA! al un desconocido por la calle San Francisco sin tener absolutamente ningún motivo; y que no se ofenda porque, pobrecito, está enfermo, no sabe lo que dice.

¡Quién dijo que la cordura fuese sana!

No, la cordura se aprende, la cordura es la asesina de una infancia que ostenta un dibujo orgullosa y le contestan que,
que no, no puedes pintar los caballos azules 
porque no hay caballos azules 
porque los caballos no pueden ser azules
porque nadie pinta los caballos azules
y tú no vas a pintar caballos azules.


Dejemos de matar a los locos. Presumís de ser el planeta en el que nació Kandisnky, Basquiat o Miró y enseñáis sus cuadros en vuestros museos mientras en una casa hay un niño que muere porque le han dicho una y otra y otra vez que 
NO SE PINTA EN LAS PAREDES NO SE PINTA POR FUERA DE LAS LÍNEAS NO SE PINTAN FLORES CON BRAZOS NI PERROS CON DOS CABEZAS NI MANZANAS VOLADORAS PORQUE NO NO NO NO NO NO. 

Quién cojones eres tú para creerte que tu verdad de caballos marrones es mejor. La tolerancia y el respeto no valen nada cuando somos incapaces de aceptar que la realidad de cada individuo y su concepción de ella es inalterable, o al menos debería serlo.

Esto es un manifiesto.




Alexia Gómez. Con la tecnología de Blogger.
 
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