Diario de un náufragio.

| |
A veces, cuando las circunstancias y la promesa de un futuro incierto me abruman, me hago pequeñita. Como decirte... Es como si un mar apareciera para envolverme con sus olas de autoprotección; pero no deja de ser agua, débil y vulnerable.

Me hago pequeñita porque me alejo flotando del mundo
y de su desorden
y de su caos
y de su confusión
y de su desconcierto
y de su enredo.

A veces, cuando no me doy cuenta, me he hundido. Siempre sigo a ese pez de colores que nada hacia lo profundo cuando me engaña con enseñarme la puerta al País de las Maravillas. Me convence -o me convenzo- de que es todo más fácil si sigues a la corriente y te dejas llevar; de que las mareas a cada momento golpean con más fuerza y yo a cada instante me encuentro más cansada.
Como decirte... Es como si un enorme iceberg colisionara contra mí, pero Leonardo di Caprio ya se hubiese ahogado hace tiempo.

Aunque ya no me hago pequeñita, ni Titanic, ni pez de colores, ni busco una puerta, ni me alejo flotando, ni me arropo entre el oleaje. ¿Será que tú, tan salvavidas, tan isla desierta, eres la esperanza de Tom Hanks siendo Robinson Crusoe...?




Alexia Gómez. Con la tecnología de Blogger.
 
Twitter Facebook Dribbble Tumblr Last FM Flickr Behance