Quisiera llevarme conmigo la sensación de hogar
que me llena cuando mi madre me abraza,
Quisiera tomar cada uno de los árboles y flores
Y plantar en Madrid mi ventana.
Quisiera guardar en un baúl los besos sinceros
De todos los corazones puros y plenos,
Esos que tengo suerte de compartir conmigo.
Todas las sonrisas, los recuerdos y momentos.
Ya lo sabia que se me escaparía el reloj.
Que la intensidad pasa factura
cuando no la ves subirse a la línea de metro,
Que la ausencia de confianzas es oscura.
Pero sé que no hay mariposa que naciera sin ser oruga,
Que las flores del loto crecen del barro.
Que el amarro con que me aferro a las raíces
de la vida es parte del camino, y hay que andarlo.
(Porque se hace camino al andar).