-Werther.
Sigue ahí.
Bombeando en silencio por el funeral de la risa,
bombeando profundo imitando mi herida.
Bombeando autómata por respeto a la rutina,
bombeando sin quejarse unas venas en ruinas.
Le pido al alma latidos
y me devuelve testigos,
Falsos profetas de mis sentidos prohibidos.
Yo sólo quiero que lata y preguntarle qué llora,
por qué sólo se desnuda a esta hora,
qué daño le había hecho la primavera.
...Será que un día le gritaron fea.