-¿Sabes acaso quien soy?

| |
-¿Lo sabes?
Doble. K me miró directamente a los ojos. No, no era la de siempre. 
Había cambiado sus vestidos de colores alegres, (esos que la distinguían entre la multitud de la noche)  por una chaqueta de cuero .
Sus mallas fluorescentes ( esas que le hacían unas piernas con las que más de uno habrá soñado) habían sido remplazadas por unos pitillos negros.
Pero lo que mas echaré en falta sera que en sus pies, en vez de aquellos tacones de aguja y plataforma de 17 cm (Siempre dijo que quería estar lo más cerca al cielo que pudiera) llevaba unas desgastadas Vans.
Sus ojos estaban rojos por los efectos de las drogas, aunque sus grandes gafas de Rayban ocultaban cualquier rastro de cansancio.
El flequillo le tapaba la cara, (aunque eso no era nuevo), con la diferencia de que ahora Doble.K era rubia.

Entonces tomo una bocanada de su cigarro, me tiro el humo a la cara, y se rio de mi.
- ¿No sabes nada, me oyes? Ya no soy esa niña buena. He cambiado. He madurado. Y tu deberías hacer lo mismo. No eres más que una cría.

A quien quiero engañar? Ya ni siquiera era Doble.K. Ahora era solo Kattia.





Bibliografía.

Alexia Gómez. Con la tecnología de Blogger.
 
Twitter Facebook Dribbble Tumblr Last FM Flickr Behance