Ignorando muy bien cuál sería la reacción apropiada
a los paseos de la mano de decisiones y consecuencias,
Desconociendo el modo de reconocer la apariencia
de los errores hechos para mí,
Desorientando a los exploradores imprudentes
-expertos en rutas ajenas-
con caminos que nunca llevan a la Roma verdadera
sino a la prometida;
Busco desesperadamente
la palabra capaz de representar mi realidad insostenible,
La que que quiebre la soledad
durante el efímero segundo de su pronunciación,
Para que otro nombre pueda comprender
lo que implica
vivir aterrorizada de la inmensidad del cielo
pero estar irremediablemente enamorada de cómo sostiene las estrellas.