pero yo nunca te pedí que lo hicieras.
Así como nunca tuve que exigir
que me tomaras de la mano.
He comenzado mil veces diciendo
que no tengo culpa de que adores
Como se mezcla el pelo y mi viento.
Que yo no controlo sus vuelos.
Yo nunca te pedí que me dejaras libre.
Nunca necesite hacerlo,
Porque me amaste con mis alas.
Por eso volvería siempre a tu acento
Cuando me siento extranjera.
Yo nunca te pedí tu tiempo,
Nunca te reclamé más que la vida.
Y sin embargo ahí estás, velándome,
Hasta que quedo dormida.
Sólo te he rogado por algún verso,
Por algún beso de tus manos.
Y sin pedir me regalaste tu universo,
El instinto y el calor más humano...
Yo soy de las que se rinde, amor,
Y tú lo sabes.
Que yo nunca quise querer
Por miedo a enamorar a alguien.
Yo nunca quise así a nadie.
Porque sin pedirlo allá estas.
Reconstruyendo mis cenizas,
Para que vuelva a volar.
Yo nunca te pedí que me amaras,
Pero tú me enseñaste a amar.